Encontré de casualidad en una
feria el libro “La biblioteca de la medianoche” y su
sinopsis me atrapó al instante por lo que decidí darle una oportunidad.
La protagonista, Nora Seed, se
encuentra estancada, ha perdido el motor y el sentido de la vida y toma una
gran decisión que la lleva a esta misteriosa biblioteca que tiene lugar entre
la vida y la muerte. En este lugar, cada libro es una vida diferente, un
universo paralelo, una bifurcación señalada por una decisión tomada. ¿Será Nora
capaz de encontrar el libro que la lleve a su vida feliz? Con ella vamos
recorriendo una serie de vidas paralelas y nos damos cuenta de que, la vida
puede cambiar muchísimo en función de las decisiones que tomamos.
La premisa es fascinante, y Matt Haig plantea
reflexiones profundas sobre las decisiones, los arrepentimientos y la búsqueda
de sentido. Sin embargo, aunque la idea me encantó, la ejecución no me
convenció del todo. El ritmo se me hizo repetitivo: Nora saltaba de vida en
vida, y ante el primer obstáculo, volvía a la biblioteca frustrada, lo que
restaba profundidad a su crecimiento.
Aun así, rescato mucho las enseñanzas del libro,
especialmente su mensaje final: dejar de obsesionarse con lo que pudo ser y
enfocarse en darle valor al presente. La vida es impredecible, y lo importante
es intentar, equivocarse y seguir adelante sin cargar con el peso de los “qué
hubiera pasado”.
En otra vida paralela, quizás este libro sería mi
favorito y lo recomendaría sin dudar. En esta, aunque no me deslumbró,
reconozco que tiene algo valioso que ofrecer. Si buscas una historia que te
invite a reflexionar sin demasiadas complicaciones, puede ser una buena opción.

Este es un libro sencillo, pero complejo a la vez, tiene que llegar al lector en el momento preciso para que lo pueda disfrutar, sino puede resultar tedioso.
ResponderEliminarEs una historia plagada de lecciones y mensajes de vida. Lo importante es entender que toda decisión que tomamos tiene consecuencias, tanto sobre nosotros como nuestro entorno. Que a la vida no hay que entenderla, hay que vivirla y que la única manera de aprender, es vivir, y una de las cosas mas importantes, es valorar la importancia de las cosas pequeñas, esas son las que realmente logran cambios.
La Biblioteca de la Medianoche me dejó sensaciones encontradas. Por momentos me pareció una fábula ligera, con moralejas empaquetadas para consumo rápido —no digo que no valiosas; en otros, se sentía como una meditación más densa sobre el arrepentimiento, el sentido de la vida y la posibilidad o imposibilidad, de empezar de nuevo. Su estructura de capítulos breves me llevó con agilidad, aunque algunas vidas paralelas se sentían como callejones sin salida o pasillos eternos.
ResponderEliminarReconozco que la historia no me sorprendió con su desenlace. Me resultó cursi, como esas telenovelas donde todo encaja perfectamente al final: dulzón, irreal. Sin embargo, rescato el clima emocional que supo construir: una depresión narrada con sutileza, sin golpes bajos ni romanticismos innecesarios. Y en el centro, una protagonista rota, contradictoria, profundamente humana. Nora me frustró por momentos, pero también me conmovió, como suele pasar con las personas de carne y hueso.
En los personajes encontré luces y sombras. La señorita Elm, mi preferida, brillaba como un faro: su paciencia y sabiduría eran un bálsamo en medio de tanta confusión. Me gustó como el autor haya creado una figura casi divina escogiendo para ello a una persona adulta que, en la vida raíz, acompañó a la protagonista a seguir su camino. En ese limbo de letras aparece, pero no como un dios que impone su voluntad, sino como una presencia limitada por las reglas del mundo que habita, una biblioteca. No es todopoderosa, no busca adoración, no se rige por impulsos humanos como el poder o el deseo. Es una especie de dios personal, cuyo único interés es el bienestar de alguien más.
Lo que más valoro del libro no es la historia en sí, sino la invitación a reflexionar sobre nuestra propia vida. Ese “libro de los arrepentimientos” que todos llevamos dentro no puede reescribirse ni borrarse, pero sí podemos aprender a leerlo de otra manera, con menos culpa y más compasión. A veces incluso necesitamos cambiarle el título: “Mi libro de aprendizajes, aceptación y perdón”. Desde esa mirada, los errores dejan de ser cargas y se convierten en oportunidades para aprender, crecer y tomar nuevas decisiones. Entender esto nos recuerda que vivir no significa hacerlo perfecto, sino seguir eligiendo, incluso cuando duele.
Seguramente no volveré a abrir este libro… o tal vez sí. Pero comprendo su valor: puede ser un refugio para quienes atraviesan momentos difíciles, un recordatorio de que siempre podemos escribir nuevas páginas, mientras haya aliento y conciencia de nuestras elecciones.
Me quedo con una frase que, para mí, resume la enseñanza más honesta de cómo puede ser la vida:"…hectáreas de decepción, monotonía, heridas y rivalidades, pero con destellos de asombro y belleza."
Una reflexión que vale la pena mantener presente, mientras nuestro reloj sigue corriendo y seguimos eligiendo cómo vivir.
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ResponderEliminarLa biblioteca de la medianoche es una historia moderna, humana, un viaje existencial lleno de preguntas para valorar lo que somos y lo que tenemos y las consecuencias de nuestras decisiones.
ResponderEliminarLa protagonista, Nora Seed, se encuentra en el punto más bajo de su existencia. Abrumada por el arrepentimiento y la sensación de haber defraudado a todos, incluida ella misma, decide que ya no quiere vivir. Pero en lugar de encontrar el fin, despierta en una misteriosa biblioteca que es un lugar entre la vida y la muerte.
Esta no es una biblioteca cualquiera. Sus estantes infinitos están repletos de libros verdes, cada uno de los cuales contiene una vida alternativa que Nora podría haber vivido si hubiera tomado decisiones diferentes. La Bibliotecaria, es una figura serena que le ofrece la oportunidad de probar esas vidas hasta encontrar una en la que desee quedarse para siempre.
Es una lectura que invita a pensar a cualquiera que alguna vez haya mirado atrás y se haya preguntado "¿y si hubiera elegido ...?", será que existe una vida prefecta?? O sencillamente será que la vida en el que estamos, es precisamente el lugar al que llegamos por nosotros mismos y que cambiarlo depende de nosotros y de cuanto pongamos en ello.