Fecha de Inicio: 01 de diciembre 2021
Fecha de Finalización: 04 de febrero 2022
Autor: Mary Ann Shaffer y Annie Barrows
País: Estados Unidos
Año publicación: 2007
Género: Novela epistolar.
Sinopsis:
En un Londres que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro que había pertenecido a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta allí? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con ella? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar la isla, su vida dará un vuelco para siempre. Traducida a más de veinte idiomas, con más de cinco millones de ejemplares vendidos y llevada al cine por Mike Newell, esta deliciosa novela epistolar se ha convertido en un clásico indiscutible sobre el poder de la palabra y el valor de la literatura como refugio y consuelo en tiempos difíciles. En un Londres que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro que había pertenecido a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta allí? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con ella? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar la isla, su vida dará un vuelco para siempre.
Opinión personal de Liliana:
Los personajes que pasan por esta historia son muchos, y puede llevarnos a volver algunas páginas para identificar sobre quien estamos leyendo. Todos ellos resultan muy cercanos, humanos y familiares, con quienes podemos identificarnos en mas de una ocasión, pensando que habríamos actuado de la misma manera o hubiésemos tenido los mismos sentimientos.
Es una novela capaz de trasmitir ternura, amabilidad, esperanza y felicidad, a pesar del contexto de la guerra en que se desarrolla. Y resulta un homenaje a la literatura y los amantes de los libros, ya que cada miembro del club de lectura tiene un autor que defenderá a capa y espada, y que lo ha ayudado a sobrellevar el sabor amargo de la vida en la guerra.
La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey es una historia que derriba barreras levantadas por el hombre. Me pareció dulce, atrapante. El relato epistolar me sorprendió.
ResponderEliminarMediante cartas la escritora nos relata cómo nace el Club de Lectores de Guernsey. El dolor, idioma universal, es una experiencia humana que iguala. La invasión alemana acercó, hermanó a pobladores de la isla y personas que sin ser habitantes de ella, conocen lo sucedido. Ante el dolor, se derrumba lo superficial y aflora lo importante.
Juliet, gracias a conocer la aflicción vivida por los isleños, descubre su nueva vida, como nunca la vivió; de hecho tiene un poder transformador que determinará un nuevo horizonte.
Pertenecer a una Sociedad Literaria, es uno de los regalos más bellos que recibe el amante de los libros, Mary Ann me permitió disfrutar de una muy bella historia.
Esta historia comienza y termina con una carta. Me maravilló el hecho de que la autora pueda construir el libro en base a intercambios de correspondencia entre sus personajes.
ResponderEliminarHemos llegado a conocer bastante bien a los protagonistas a pesar de no ser una narración descriptiva tradicional. Cada uno quedó perfectamente identificado mediante los comentarios que se hicieron sobre ellos en las cartas escritas por los demás y en la impronta que ellos ponían en sus cartas al escribirlas. Así, detestamos a Adelaide Addison, nos enternecimos con la pequeña Kit, admiramos a Elizabeth McKenna, nos enamoramos de Dawsey Adams y sentimos especial cariño por los demás.
La novela nos sitúa en una pequeña isla del canal de la mancha un tiempo después de la segunda guerra mundial. Sin mostrarnos al detalle los espantos de la guerra, las autoras supieron despertar en nuestro corazón sentimientos de repudio, desesperación y dolor. Cada uno de sus habitantes lucha por superar los horrores vividos y tratan de reconstruir sus vidas después de la ocupación alemana.
Los tiempos de contienda ponen al desnudo lo mejor y lo peor del ser humano. Cuando el hambre empieza a acechar tanto a invasores como invadidos nos encontramos con soldados que tiraban al suelo patatas de los camiones que escoltaban para que los niños que los perseguían consigan algo para comer y también conocimos a delatores oportunistas que con sus palabras consiguieron la detención y deportación de sus vecinos de toda la vida.
En este contexto tan aterrador surge una hermosa amistad que se transforma en el vehículo de salvación de toda una comunidad. Ante una situación delicada, un grupo de campesinos, como vía de escape, fundó “La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey” y fue así que los libros les ayudaron a eludir la cruda realidad y tejieron fuertes lazos entre ellos.
“Ninguno de nosotros tenía experiencia con clubs de lectura, así que pusimos nuestras propias normas. Nos turnamos para hablar de los libros que habíamos leído. Al principio, intentamos estar tranquilos siendo objetivos, pero esto pronto se acabó, y el propósito de los que hablaban fue incitar a los demás a que leyeran el libro. Cuando dos miembros habían leído el mismo libro, podían debatir, cosa que nos encantaba. Leíamos libros, hablábamos de libros, discutíamos sobre libros, y nos fuimos cogiendo cariño unos a otros”.
Lo recomiendo sin dudar. En parte porque es una historia conmovedora y en parte porque la lectura me ha ayudado también a escapar en algunos momentos tristes de mi vida. Además, ahora que tengo un hermoso grupo de lectoras con el que compartimos la pasión por los libros, he vivido en carne propia el hecho de formar lazos de amistad más allá de las palabras.